sábado, 4 de abril de 2009


Cuando la necesidad casi se puede cortar en el aire...


La impetuosa necesidad de expresarse demuestra, una vez más, la grandeza de la mente humana. En el arte, desde la más simple, hasta la más magnífica obra han sido ejemplos vivos de ello, incluso con el paso de la historia: Miguel Ángel, Da Vinci, Van Gogh... Son sólo algunos nombres de una larga lista. En uno esos momentos en los que la soledad te envuelve, pero no te abruma, es cuando me sentí más sensible, artísicamente hablando; con deseos irreprimibles de sacar a la luz tantas y tantas cosas que han visitado el museo de mi mente en estos últimos días. He crecido. He madurado. He aprendido. Son sólo algunos pocos peldaños en la escalera de la vida, ¿no?


Mi mente y corazón son los que me han rogado que utilice, además del dibujo y la pintura, otro medio para (mentalmente) ir de vacaciones y expresarse. Créanme. Ellos, al igual que yo han necesitado un respiro desde hace tiempo ya. Un vuelo para no pensar. Estar y no estar.


Por esos tantos gritos que no puedo callar, entre otras cuantas razones, decido desde hoy expresarme por medio de la escritura. Así que, con el corazoncito en la mano, ¡les presento mi blog!

No hay comentarios:

Publicar un comentario